JUAN CARLOS MARTÍN RAMOS

Nací hace cada vez más tiempo en Belmez (Córdoba). Desde entonces hasta ahora me han pasado algunas cosas. Estudié Filología Hispánica en la Universidad Complutense de Madrid, donde conocí íntimamente a los poetas de todas las épocas. Durante unos intensos y errabundos años de mi vida he sido titiritero y dejé que los títeres hablaran por mí. “Titiritaina” fue el nombre de mi última Compañía, donde hice un largo camino al andar con mi compañera inseparable, dentro y fuera del gran mundo de los teatrillos, Lurdes López. Asomándome a la ventana de mi teatrillo, aprendí a mirar y a buscar la mirada de los demás, y estoy seguro de que, sin lo que los títeres me han enseñado, ahora no escribiría lo que escribo ni, desde luego, sería la misma persona. Hace ya algún tiempo que bajé el telón de mi teatrillo y abrí las páginas de un pequeño cuaderno donde sólo hay sitio para escribir poesía.

Dentro del ámbito de la literatura infantil y juvenil, he tenido el privilegio de publicar varios libros de poesía. Para mi sorpresa, me han premiado en dos ocasiones por ello: con “Las palabras que se lleva el viento” obtuve el Premio Leer es Vivir en 2002, con “Poemamundi”, el Premio Lazarillo en 2003 y el más reciente, en 2015, el VIII Premio Internacional de Poeaís para Niños "Ciudad de Oirhuela" con "Mundinovi"

Siempre he pensado que la poesía abre ventanas a una altura idónea para la mirada de los niños, porque les ayuda a buscar el verdadero sentido de todas las cosas. Por eso, me hace muy feliz que un niño, o una niña, lea mis versos. Pero también los escribo para el primero que pase o para el último que llegue, sea quien sea. La edad es una cuestión que pertenece a la vida privada de cada lector.

No tengo remedio. Estoy convencido de que escribir y leer poesía sigue siendo, hoy más que nunca, una aventura necesaria.

Mi presentación en este Rincón editorial de Amigos de Papel no puede ser más salvaje: “La jaula de las fieras”.